lunes, 5 de enero de 2009

Piscina Escolar

Hoy estoy contenta. Logré, despues de varios intentos frustrados, inscribirme en un curso de natación de la Universidad de Chile. La verdad es que no necesito curso para aprender, pero sí para tener que ir por obligación para mantenerme saludable, sin que sea una rama deportiva competitiva.
Tuve una muy buena impresión de la Piscina Escolar. Habitualmente era oscura y sin buen aseo, pero ahora la habían remodelado bastante. Hace unos años cambiaron todo el techo porque incluso, cuando llovía, a uno le llegaba el agua de lluvia helada mientras iba nadando. Está pintada con colores más claros. Los camarines tienen lockers, cambiaron de lugar las duchas y WC. Todos los baños son nuevos. Incluso tienen para discapacitados. Las duchas ya no están en un potrero donde nos bañábamos todas juntas. Pusieron llave de esas que se cortan automáticamente para ahorrar agua. Hay espejos junto a los vanitorios.
Yo creo que lo que me gustó mucho fue lo cálido del joven que me atendió inicialmente. Se acordaba de mí, lo cual ya era un punto a mi favor y buena memoria para él. Después de cinco años podría haberme no reconocido. Incluso el caballero que acomoda los autos me dijo: está de vuelta. Eso me encantó.
Los recuerdos en esa piscina son muchos, de varios tipos. Probablemente se me vengan periódicamente a la memoria. Debo rescatar los muy buenos momentos que viví ahí, por al menos 8 años, cuando pertenecí a la Rama de Deportes Submarinos de la Universidad de Chile. Y claro que no necesito un curso. En el agua soy otra. Incluso en el año 2000 fui tercera en el Campeonato Nacional de Natación con aletas en el mar. Qué será esa gran afinidad por el agua?
La foto me la tomé al llegar a la casa. Estaba todavía colorada por el esfuerzo. Me gusta cuando quedo así. Hoy estoy contenta.

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