domingo, 31 de enero de 2010

La Pequeña Gigante en Santiago

Me gusta el ambiente que se genera en torno a la Pequeña Gigante. Un crítico de espectáculos dijo que eso no era arte, que era sólo algo para ganar dinero o algo así. Cómo va a ser posible que tantas personas estemos equivocadas ante este espectáculo! Ha sido un placer y un baño de tranquilidad ver en Televisión la transmisión de varias de las etapas que tuvo la Pequeña y su tío Escafandra en Santiago. La gente estaba muy cautivada por la expresión de sus ojos, sus movimientos, su grandiosidad, sus gracias, su sencillez.
Yo la fui a ver frente al Museo de Bellas Artes hace 3 años. Incluso la seguí por el centro, con todo el resto de la gente. Había niños, viejos, papás, mamás, etc. Toda la gente estaba ahí en muy buena onda. La misma buena onda que he percibido esta vez. En realidad es como que uno volviera a ser niño cuando la contemplamos desde lejos esperando que haga algo, aunque sea poquito. Con eso nos conformamos.
Me parece que esto nos hace muy bien para el espíritu como país. Es como la Teletón.
Si es sólo una marioneta de madera, cómo hacen para darle esa expresividad a sus ojos? Tal vez sea "de real", como diría mi sobrina Amanda, y nos han estado mintiendo.